Me apetece brindar por las que se saben mis mejores historias, no. Las han vivido conmigo.
Brindar por las que no son perfectas. Porque no lo somos. Por las que meten la pata una y otra vez, por las que están a mi lado cuando lo hago yo.
Me apetece brindar, simplemente por poder contar con ellas. Porque hay pocas cosas más grandes que eso.
Y brinco por tenerlas. Por saber que por mucho que me aleje, por mucho que me pierda y por muchas veces que me equivoque, ellas van a estar ahí cuando decida volver.
Así que hoy brindo por las de siempre, y brindo por el orgullo de poder decir que aunque no tenga lo mejor, definitivamente sé que tengo las mejores.
Ánonimo
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