No sé tu nombre, ni como vistes, pero reconozco tu voz si me dices "amor", a destiempo, como entrecortado. No conozco tu sonrisa a tiempo completo, pero tus labios y los míos se presentaron un sábado noche, bajo cualquier cielo iluminado, entre trago y trago de alcohol. Por ello digo que no te recuerdo, y posiblemente jamás te encuentre otra vez.
David Arrabal Bazaga
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