Eternas

Eternas. Las que te miran y te entienden. Las que se retuercen en tu dolor como propio. Las que cambian lágrimas por sonrisas. Las que hacen de tu duelo su duelo. Las que te protegen todos los días aunque no necesites que nadie lo haga. Las que te abren las puertas a pares para que te encuentres, y todas las ventanas para que cojas aire. Las que celebran tu gol en propia puerta y no te juzgan. Las que se quedan cuando el resto vacía el teatro para aplaudir tu ridículo absoluto. Las que hacen de esa canción en el semáforo más largo el mejor concierto. Las que sonríen mirándote a los ojos y te dicen -aunque no tengan ni idea de qué pasará- que todo va a salir bien. Esas personas. Esas... deberían ser eternas.

Vérsame