domingo, 13 de mayo de 2018

Años

Me dicen los amigo que estoy joven. Que aparento menos años de los que uno soporta en las espaldas. Incluso las amigas de mis hijos me aseguran que parezco -lo dicen muy en serio- tener tres años menos.

Algunos, en el colmo del halago, me palmean la espalda y me comentan: "Pareces el hermano de tus hijos". Me estiro y me acaricio la cabeza, disimulo la tonsura que adorna, inevitable, mi hirsuta coronilla.

En momentos así, tengo que confesarlo, me miro de reojo en los escaparates y me digo que es verdad. No pasa el tiempo. Sin ir más lejos. En el metro hoy mismo una muchacha terriblemente hermosa me ha mirado y sonreído.

Le he devuelto la mirada. Y ella muy lentamente se levanta, se dirige hacia mí. Y me cede el asiento mientras dice: "Siéntese, por favor". Se me han venido cuarenta años encima de repente.

Rodolfo Serrano


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