Tú sabías que esto no iba a ser fácil. Precisamente por eso lo querías.
No eres ni la primera ni la última persona que se estanca, que siente que no avanza o incluso que comienza a pensar en rendirse. Es lo que tiene cuando se intenta conseguir eso que los demás tachan de imposible.
No tires la toalla. Te lo pido por favor.
Sé que tienes la cabeza de dudas y que rendirte comienza a no sonar mal, pero no puedes hacerlo. Tienes que seguir. Es más, quiero que sepas que esta frustración es buena. Que este sentimiento de estar haciendo las cosas mal o de que no salgan como deberías no es malo, sino una señal de que vas por el buen camino. Imagina que es como una frontera. Aquí es donde "los que hablan mucho y hacen poco" se rinden. El momento exacto idóneo para demostrar que somos distintos. ¿Acaso no eres alguien distinto al resto?
Pues DEMUÉSTRALO. Estamos rodeados de personas que hablan mucho, piensan poco y hacen menos. ¿Quieres ser como ellas? Pues entonces da un paso adelante. Sigue intentando cosas. Sigue luchando. Reinvéntate. Medita si realmente estás dando el cien por cien. Si es que no, comienza a darlo. Si es que sí, no es suficiente, da el ciento veinte. Y si tienes que volver al principio, vuelve. Ahora eres más fuerte que cuando empezaste y es más probable que lo consigas. Y sigues, mañana lo seas aún más.
Grita a los cuatro vientos: "ESTO NO SE ACABA HASTA QUE YO GANE".
Que sea tu puto lema.
¿Qué otros lo han conseguido? Significa que tú también puedes.
¿Qué no lo ha conseguido nadie? Mejor. Tú serás la primera persona que lo logre.
Es difícil porque merece la pena. Y lo quieres porque es difícil. No lo olvides.
"ESTO NO SE ACABA HASTA QUE YO GANE". Recuérdalo a todas horas.
Y sigue luchando.
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