Esto no funciona. Lo de ponernos de acuerdo y decidir que era mejor no volver a hablar. Me acuerdo cada día, me imagino dónde estás. Me pregunto si tienes ganas de volver a hablarme. De preguntarme si aún te recuerdo. Leo tus cosas. Te veo en línea. Noto que aunque no nos digamos nada, siempre estamos en contacto. Y es domingo y yo qué sé, quizá es un buen momento para cerrar los ojos y lanzarnos. Igual al vacío. O a sonreír.
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