Aunque tú digas que no, eres coqueta. «Una pequeña diva», te digo entre risas. Igual tiene que ver esa pequeña inseguridad que escondes al lado de la timidez.
Observas, miras, piensas...
Quizá por eso muchas veces terminas sin decir nada. Aunque en tus ojos yo lo encuentro todo. Pero no te lo digo. Tú sonríes en esa boca tan bonita y el resto deja de importar durante un rato.
Sin darte cuenta, te metiste en el mismo bucle que un día te prometiste que sería justo en el que tú nunca caerías. Dejaste de controlar la situación tanto como te la controlaban a ti. Esa sensación de agobio en la garganta que ya no aporta nada.
Pero fuiste valiente cuando parecía que no había escapatoria. Aunque ahora seas un poco dispersa. Mira qué bonita se pone tu sonrisa últimamente. Qué afortunado el que consiga besarla. Mira cómo huele a tranquilidad en la ciudad. Mírate, cómo has cambiado a mejor.
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