Quiero tenernos constantemente, ser un solo cuerpo indivisible con mis ganas y tu boca, con mis dedos en tu incendio, con nosotros por delante, ser una marca registrada y donar nuestra ternura por si falta en otras camas, por si piden los amantes.
Quiero ir sembrando las caricias por tu espalda, regalarlas luego con saliva y hacer cosechas cada martes, cuando vuelvas medio muerta del trabajo y no quede esperanza en las noticias.
Eso quiero, la banda sonora de tu boca, maltratar a la tristeza en una cama, decirte que no eres solo tú, que desde que vivimos juntos la felicidad también comparte conmigo el alquiler.
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