En la Segunda Guerra Mundial un pelotón de soldados americanos, entregados a su God bless you, celebraba la Navidad cantando «Noche de paz» en su cuartel antes de la siguiente batalla.
Un destacamento de alemanes hacía exactamente lo mismo en un campamento a dos kilómetros de allí, cantándole al mismo Dios, celebrando la Navidad con las mismas costumbres.
Los ingleses también. Y los italianos. Todos rezando y adorando al mismo Dios en la misma fecha, con idénticas tradiciones.
Dios, por su parte, se preguntaba qué diablos estaban haciendo todos esos hombres.
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