Me cubro las espaldas con la poesía, porque si no lo hiciera así, no sería capaz de ocultar el dolor y que no se notara lo más mínimo.
Desde que no estás en mi espalda solo hay restos de alas quebradas y mucha poesía.
Cómo no voy a esconderme entre versos, poemas y alguna que otra barra de bar, si es la única forma de recordarte eternamente.
Sabes que escribir era mi terapia, ya que no hay mejor terapia que plasmar recuerdos en un libro de autoayuda.
Recordarte es la mejor forma de estar a tu lado, recordar tus risas, tus idas de olla, tus consejos, tus ganas de ayudar a los demás y tantas otras cosas que no cabrían en una trilogía.
Cada día me duele menos tu ausencia, porque sé que volver a estar contigo es cuestión de tiempo, cuando los ángeles decidan venir a buscarme sin avisar.
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