martes, 14 de septiembre de 2021

Corazón de madera

 Me enseñaste a volar por mi cuento, por mi vida.

Comprendí por qué Gepetto quería tanto a Pinocho, que no hay corazón de madera, que no ablande sentimientos.

Me enseñaste que reír es la mejor locura ante la tristeza.

Me dijiste que mirar fotografías al estar triste es la mejor manera de bailar con la nostalgia.

Me diste el mejor consejo para sobrevivir y es que fuera yo mismo.

Sabes que te debo un universo, porque tú me diste vida.

Que sin vida no habría nostalgia, ni fotografías, ni mis nubes de algodón, ni nuestras noches de cuentos, ni nuestras cabañas en el bosque. 

Lo dicho, que me enseñaste a ser, desde que yo era nada. 



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