Tú fuiste más lista

Pero tú fuiste más lista, tú ya veías amor y yo aún solo veía versos.

Eso es lo que pasaba cuando mi corazón no sabía ver cuándo tenía que latir rápido y cuándo debía ir lento.

Sabes que siempre fui cobarde, que le tenía mucho respeto a la distancia, mientras esperaba recibir tus cartas escuchando a Sabina.

Pero tus ganas, mis ganas, me dijeron que en esta vida hay que ser valiente, que si quieres amanecer viendo una sonrisa nada más abrir los ojos, hay que luchar.

Y luchaste y luchamos, e hicimos de la distancia una simple excusa para vernos, para conocernos.

Y desde ese día no he podido dejar de escribirte versos, aún viviendo juntos, se me hace eterno cuando tú trabajas y no te veo.

Y tú, que eres tan lista, dime que el amor es una excusa más para dormir abrazados cada día por miedo a perderme.

Es que si un día te pierdo, no habrá suficientes charcos en el mundo para recordar que saltábamos en ellos para reír con la excusa del qué dirá la gente al vernos saltar.

Y si eres tú la que me pierde, piensa que en cada latido de tu corazón está mi locura de amor por ti.