Las cicatrices también laten cuando el corazón está herido de amor y muerte.
Los latidos son tan intensos como dolorosos, que cuando el amor duele, se puede sentir la soledad en cada uno de ellos, en cada paso que damos, para que la nostalgia nos acompañe desde ese momento. Ahora entiendo por qué el amor es cosa de dos.
Ahora, ahora que no estás, es cuando me doy cuenta que un segundo compartido, es una eternidad que no sabemos valorar.
No lo creerás, pero desde que tú no estás no tengo ganas de volar, las ganas se fueron ese maldito lunes en el que me dejaste más solo que la luna.
Pero tranquila, que si no vuelo, es porque es más seguro tocar con los pies en el suelo para llorar.
Es que si uno llora, quiere decir que los recuerdos aún siguen estando, para bien o para mal, pero están ahí, como tú, que seguramente estás a mi lado.
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