¿Sabes que no está bien hecho tirar un corazón abre-fácil a la basura?
Y luego tú te limpias las manos como si nada. ¡No, no! La mierda no se limpia así de fácil. ¿Qué pasa con eso llamado recuerdos? ¿También has decidido tirarlos?
Y yo, ingenua, me creía cada palabra de amor que me decías al oído, yo que me creía que cada noche era la más larga del mundo, pero duraba como un segundo cuando estaba a tu lado.
Y de repente fuiste tan cobarde como echarle la culpa a la rutina y huir, decidiste no afrontar tus miedos, no quisiste hablar por miedo a los reproches del corazón.
Y decidiste tirar a la basura mi corazón. Que sepas que un corazón se puede autoreciclar cuando ya lo han tirado a la basura. Mi corazón ahora está limpio, que reluce más que nunca.
Y ahora sabes qué te digo: que si vas por el mundo tirando corazones a la basura nunca serás capaz de oler la auténtica mierda que llevas dentro.
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