Después de la entrada anterior, por si alguien tiene dudas, con Javi no ha cambiado nada. Hablo de mí, siempre hablo de mí porque soy la autora de mi blog, obviamente. Sigo queriéndole más que el primer día y para mí es mi vida. Mi vida es él y todo lo que él representa. Sino no me hubiera casado con él el día que hice un año de relación, no lo hubiese tenido tan sumamente claro. Y no me arrepiento de nada. Volvería a elegirle a él. Como dije un post anterior, volvería a pedirle que se cara conmigo, porque es la mejor persona que conozco. Y me gusta escribir sobre él por una razón. Bueno, por varias. Primera, porque es él. Es mi "muso" si es que existe esa palabra. Segunda, porque se merece todas las palabras bonitas del mundo y tercera porque en el pasado le pisotearon, le destruyeron e hicieron que se perdiera olvidándose de quién es. Y es el ser más maravilloso que he conocido en mi vida con el corazón más grande que existe. Y eso lo veo cada día en todo momento, nunca lo dudo. ¿Cambiaría cosas de él? Como él de mí, estoy segura, pero el amor, los planes de futuro y el día a día nos une aún más.
Mirar si discutimos, pues en ningún momento me he planteado dejar mi relación. Jamás. Nunca. Prefiero discutir con él cien veces que hacer el amor una vez con cualquiera. Es así, es él, que me tiene loca, enamorada, llamarlo como queráis pero es así. Y ahora con Maya, siento que hemos dado otro paso más, un paso más que nos une. Y eso es genial, una sensación que nunca había vivido. La estabilidad emocional vale oro, no tiene precio, por eso me parece tan injusto que otros se metan y acabemos como acabamos ayer. No nos lo merecemos, ninguno. Así que, que nadie dude jamás de estas palabras...
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