viernes, 28 de enero de 2022

Paseos nocturnos

 Os quiero contar el día de ayer, pero sin entrar en detalle puesto que tendría que mencionar a gente y no quiero.

Ayer me fui de mi casa un par de horas a pasear sola porque odio las provocaciones, teorías como la del ladrón se creen que todos su condición, y como me conozco, y aún no sé controlar mi pronto, me voy. Al final las cosas de cada uno ha de resolverlas cada uno.

Hay temas de mi marido he que jurado no meterme. No quiero, no me renta y mi opinión es muy diferente a la de él la mayoría de las veces. Y como es un tema ajeno, muy ajeno a nosotros que nos afecta, pero no es de pareja, pues... me voy. Prefiero no escuchar nada ni entrar en nada ni contestar como me saldría en ese momento a nada, porque creo fielmente en el dicho de más vale una vez rojo que ciento amarillo. Así que... decido ir a pasear como he contado.

Mi móvil está siempre en funcionamiento. Mira que no me gusta nada hablar por teléfono, ni estar atenta al móvil, odio que la gente me llame, pero ayer parecía mi día. Hablé con Ana, hablé con mi mejor amigo, hablé con Sonia... Y me quedo con una cosa de Sonia, que en teorías es brillante, muy incompatibles conmigo, pero tiene toda la razón: Pasa, pasa de todo, que les den a esas personas, no te tocan ni con un pie. Piensa en Javi y punto. 

Y me hizo una pregunta: "¿Qué cambiarías de Javi?". Esta pregunta viene a colación de una conversación en la de si las personas cambian, si puedes pedirlas que cambien y si debes pedírselo. La pregunta era fácil, sólo cambiaría una cosa. ¡Una! Que es la que más nos está afectando. Que diga lo que tiene que decir a quien se lo tiene que decir en el momento que debe decírselo. Porque desde fuera parece que le debes pleitesía a esa persona, o que la tienes miedo, o que algo no lo tienes solucionado del todo o tanto como te crees. Desde fuera, la actitud de callarte y bajar la cabeza ante una persona... A mí es lo que me da a entender. Que seguramente esté equivocada, pero, es mi opinión y como todos tenemos una, pues yo escribo la mía.

De todas maneras la reflexión final de Sonia fue: "Bueno, si solo quieres cambiar una cosa de tu marido, vas muy bien. De hecho, vas genial. Generalmente, todos queremos cambiar más cosas de nuestra pareja, así que... lucha por él, por lo que habéis formado y por lo que está por venir".

Y pensándolo en mi largo paseo, es cierto. Llegué a casa sin estar enfada con Javi, lo prometo. Me fui para no escuchar gilipolleces varias. Sin más. Juro que con Javi no estaba enfadada, pero sí con la situación de que por unas o por otras, tengamos que estar así entre opiniones, miedos, acciones que nos perjudican. Y, mirar, si hacen daño a mi marido, me lo hacen a mí. Sino, lo nuestro no tendría sentido y por mi carácter no puedo pasar como dice Sonia. ¿Qué me iría mejor? Posiblemente, casi sí. Pero que no puedo evitarlo, también. Por los míos soy como una leona, arranco la cabeza a cualquiera que se meta con ellos o se porte mal, es que me da igual quien sea. Y sé que voy sin frenos. También sé que a veces esto pasa factura pero en el momento del calentón no lo pienso. Así que me voy... A andar, a conocer Valdemoro.

Sonia también me ha aconsejado que me quede a ver cómo va la conversación, como actúa cada una de las partes y tome medidas cuando lo vea por mis propios ojos, que huir muchas veces no es la solución, aunque me entiende porque me conoce. Pero es que no quiero verlo, porque saltaría y se armaría la de Dios es Cristo y paso. También hablé con mi mejor amigo, y al conocerme tanto, entendía que me fuera, porque la verdad, es que sin necesidad de insultar puedo llegar a hacer mucho daño. Él lo sabe de primera mano. Además, él tiene un pronto parecido al mío. Me hizo gracia hablar con él de esto, le salió su vena del colegio de protección. Pero es mi marido... No es el motero. Es mi marido y le quiero como a nadie he querido antes y al final es cosa de dos.

Una pregunta que últimamente he hecho es: "¿La familia puede romper un matrimonio?". La respuesta mayoritaria es "Sí", y sabiendo por experiencia propia que el amor no lo puede todo, y bajo esta reflexión estoy segura de que a la siguiente, que no será dentro de mucho me cargo al que se meta a decir hasta que el agua es trasparente (aunque lo que diga sea cierto). Al primero que llame por teléfono, voy a ser yo quien lo coja, porque no voy a permitirle a nadie ni una más. ¡Ni una! Y hablo por mí, Javi, él verá... Al final una pareja está formada por dos individuos diferentes. Pero apostaría que opina como yo por lo que vi ayer. Nosotros somos los importantes, nosotros somo la familia por la hay que luchar.



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