Cuando voy por la carretera,
viendo pasar uno tras otro postes de la luz como hombre gigantes sin
extremidades, me gusta imaginar que en esos cables de teléfono que porta, en
este momento, está teniendo lugar quizá alguna conversación de amor entre dos
amantes separados, las palabras de cariño de un padre hacia su hijo, la llamada
de aceptación para un puesto de trabajo… grandes noticias, esas que tanta falta
nos hacen y que tanto escasean a veces.
Esos postes forman parte del
paisaje de mi infancia, me transportan a los viajes en el coche con mis padres.
Siempre que los miro regreso a mis primeros años y, a veces, voy más lejos aún,
y me imagino a mí mismo llamando al niño que un día fui para llenarle los oídos
de palabras de amor propio y lugares a los que agarrarse. Un día voy a
probarlo, voy a llamarme. No conozco mejor manera de quitarle las dos primeras eles a este verbo con el que voy a
terminar este relato: voy a llamarte.
Marwan
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.