Te quise tanto que dejamos de ser nosotros, se nos escurrieron de las manos las ansías de amar, y el amor se cansó de esperar a que lo hiciéramos bien.
Fuimos dos jóvenes inexpertos en las teorías del amor, en la práctica de los dos, en la vida.
Lo nuestro terminó sin agradecerle al mundo las noches a tu lado, y ahora que somos dos extraños, te miro de reojo sabiendo que hay cosas que nunca terminan.
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