Me paso por aquí, quizás un poco tarde para desearos un buen verano, pero básicamente mi tiempo se lo dedico a Helena, y mis momentos brillan por su ausencia. Pero quiero parar un segundo para dejar escrito algo. Creo que se lo debo a mi marido.
Somos personas que hemos tocado fondo, y no una ni dos veces. Encontramos siempre un fondo más que desconocíamos, tanto juntos, como separados. Hemos pasado un época mala individualmente, casi con caminos separados. Realmente muy distanciados, cada uno lidiando con sus guerras y sus demonios. Olvidándonos de nosotros, de lo que se supone que hace una pareja que es apoyarse, compartir y seguir adelante.
En estas vacaciones tan aburridas, ya que las olas de calor interminables no te permite ni salir al porche, hemos hablado, quizás por aburrimiento. Estamos juntos, nos hemos buscado, nos estamos encontrando. Sí, en medio del caos, de la ola de calor, de la crisis económica, del verano agotador, de las rabietas de Helena y del tiempo en familia (que a veces, se podría prescindir de él). Y con Javi, todo empezó con una frase: "a pesar de todo...". A pesar de nuestras vidas, nuestros pasados por separados, por el camino que llevamos recorrido, por el que espero y deseo que nos quede por recorrer... A pesar de todo, prefiero una vida a su lado que estar sin él.
El cambio de Javi, su evolución ha dado sus frutos. A él le ha cambiado la vida, y a los demás, también. Es de lo más difícil. Primero reconocer que hay cosas que debes cambiar. Segundo, tomar la decisión de querer cambiarlas y tercero y más difícil, ponerte a hacer tu propia carrera de fondo, donde no hay una meta a simple vista, solo un objetivo que puede durar unos meses o toda una vida. Porque nadie puede cambiar de la noche a la mañana, y los procesos de cambios se hacen en la absoluta soledad, hablando con uno mismo, perdonándose (que es algo... también realmente complicado). Javi sigue en su propia evolución, mientras yo me hundía por lo laboral. Como os digo... En puntos totalmente lejanos y perdidos. Pero... Es que no puedo dejar de pregonarlo por todas partes: ¡estoy tan orgullosa de él! No todos lo conseguimos, no todos luchamos tanto por lo que queremos, no todos no nos rendimos a la primera de cambio.
La familia que hemos creado, se ha convertido en nuestro motor. En el motivo de seguir adelante sumando, queriendo protegerla a toda costa, disfrutando de nuestro pequeño núcleo, saltando los obstáculos en los cuáles donde uno no puede, el otro le ayuda. Se va en equipo, se sale de todo, en pareja, en familia. Hasta mi Maya tiene su lugar. El abrazo de Maya nos salva de todo, nos llena de vitalidad y de muchísima felicidad.
Javi te quiero, te amo y sobre todo, te admiro. Me da miedo el futuro, realmente, es incierto. No sabemos qué nos depara y eso lo hemos aprendido. Cuando creíamos que no saldríamos adelante, lo hicimos una y otra vez. La suerte no está de nuestra parte y siempre tengo la sensación de que el próximo bache nos hará pedazos. Pero lo que vivamos, habrá valido la pena. Este cuento de hadas (que ojalá sea eterno) es increíble porque estoy a tu lado. Vamos a por los cinco años. ¡Quién nos lo iba a decir! Y creo que estoy aún más enamorada de ti, precisamente por tu fuerza y coraje, por querer seguir aprendiendo, porque tu concepto de familia va más allá del amor y eso es algo que no conocíamos. Lo estamos haciendo bien, paso a paso, frenando de vez en cuando, aburriéndonos como marmotas. Pero creo que ha sido muy necesario saber que estamos, que estaremos y que cualquier sitio en el mundo es mucho mejor a tu lado... A pesar de todo, TE QUIERO.