Tenemos diez pisos hasta arriba. Los tres primeros para sujetar tus caderas, mirarte a los ojos y besarte. Tres más para apoyarte contra el espejo, levantar tu camiseta y meter mi boca dentro. Los siguientes tres para tocar tu vientre, rozar tus muslos y ver la cara que se te pone cuando en el último te digo que lo mejor está por empezar. Y se abre el ascensor.
Defreds
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