martes, 6 de agosto de 2019

Mi Silvia

Mi compañera de trabajo, mi compañera de viajes, mi amiga, mi compañera de piscinas. ¡Que nos vamos a Santander! ¿Qué tendrá el mar?, ¿qué tendrás tú?

Os voy a contar más de ella. Es la persona con mejor corazón que conozco, es buena por naturaleza, sin un ápice de maldad, conserva intacta la inocencia de la niña que aún lleva dentro, y no quiere perderla. Mantiene la cabeza fría y se deja guiar por el corazón, usando la empatía como su mejor herramienta, pensando en los demás por encima de todo, olvidándose de ella a veces.

Tiene un don, una virtud, una forma de ser, que sin querer te hace la vida bonita mientras está a tu lado, los problemas no desaparecen pero se convierten en llevaderos y además, cualquier plan se convierte en recuerdos, crea historia por donde pasa. Vino por casualidad a mi vida, y decidió quedarse y aún no sé por qué, pero, ¡qué suerte tenerla! Hemos construido esta amistad con el paso de los años, que ya van tres, guapa. 

Me has visto crecer como persona y como profesional en el cole. Me has indicado el camino correcto sin presionarme, solo con las indicaciones que haría una amiga. Has estado ahí cuando me he caído, en el peor momento de mi vida, y eso no lo voy a olvidar nunca. Nunca, pase lo que pase. Tus paseo por el Corte Inglés, el sacarme de casa mientras tenía mis ataques de ansiedad, el hablar horas sobre el mismo tema, el tratarme como si no fuera una perdedora, sino una valiente. Haces que crezca como persona, que mejore. Y eso lo haces con todo el mundo.

Me has regalado uno de los mejores cumpleaños de mi vida. Y eso tampoco se olvida, creéme cuando te digo que escribes nuestra historia, que marcas lo que toca y haces recuerdo allá donde vas, es verdad.

Gracias y mil gracias más, por entrar en mi vida... y quedarte.

Patricia Izquierdo Díaz



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.