¿Te cuento el final de la historia?

No hace falta que le pidas opinión a Belén, ya te resuelvo yo las dudas antes de irme a dormir. Ves a Nueva York, pásalo genial. Y ya nos veremos... O no. ¿Quién sabe? 

He estado pensando después de leerte. No tenemos por qué complicarnos la vida. Tú tienes a la Señorita Perfecta. Yo no lo soy, o eso has puesto, tampoco pretendo serlo ni vivir en tu mundo de colores y perfección. Quédate con ella, no me debes explicaciones ni nada, es más, no las quiero... Ha sido genial Alex, gracias por ayudarme todo este tiempo, pero insisto, no tenemos por qué hacernos esto. Ya se han acabado mis temas personales, ya se ha dictado sentencia y ya está todo en orden. Puedes seguir tu vida buscando esa magia que en ella no encuentras, ¿no la encuentras? ¿No era perfecta? ¡Te jodes! Esto es como querer ver Aladdin en el cine, y terminar viendo una tercera parte de algo que no has visto... Cosas que pasan. Algunos lo llaman karma.

Estoy muy harta de todos vosotros, ¡qué coño queréis! ¿Sabes? No eres tan distinto a él, quizás debería yo a empezar a quemar tu colección de motos. ¿A qué estás jugando? Y no metas a Belén en esto. ¿Tienes dudas? Resuélvelas. Piensalo. Pero no andes mareando a la gente. 

Mis cartas están sobre la mesa. Es muy sencillo. Te lo voy a explicar como si fueras cortito... ¿Quieres estar conmigo? Sí o no. No hay muchas vueltas que dar. Si es un no, a uno de los dos le toca recoger las cosas de casa. Y si es un sí, sabes lo que tienes que hacer.

No tengo ni idea de lo que te va a decir Belén, pero no juegues. Estoy cansada de gente que juega a hacer daño por puro placer o porque no está centrado o por amabilidad o gilipolleces varias, créeme que la lista es larga... No puedo creer que estemos teniendo esta conversación a través de un blog. ¿Ves? No eres tan distinto. Unos te envían copia y pegas por Whatsapp y otros por el blog. Pero al fin y al cabo... Todo es igual, y la historia... ¡ya me la sé! 

¿Te cuento el final? Te vas a Nueva York, con una nueva ilusión, que no sabes si saldrá bien o mal... Pero ilusionado te vas. Ese el final de todas las historias, Alejandro. Y te cuento más, la que se queda sola... Soy yo... Otra vez. Belén no es vidente, ni yo tampoco, pero no soy tonta... No me tomes como tal... 

Patri Izquierdo Díaz