Hoy he hablado con una conocida, que jamás hubiera pensado que la iba a contar todo lo que la he contado. Creo que lo he hecho... porque es una persona a la que poco le importo, ya que no somos amigas no creo que lo seremos nunca.
Después he llorado más de lo que cabría esperar. He llorado más que el martes. Más que todos los meses atrás. Y escribiendo esto... mis lágrimas vuelven a saltar. Mis emociones están a flor de piel. Intento tapar lo que ha de salir. Y me siento rota y sola. No sola de estar sin nadie que te apoye. Sola... porque es un camino que debo recorrer yo. Porque todos lo ven y lo seguirán viendo desde la barrera. Todo esto quedará en el olvido para todos, menos para mí... La gran pregunta, la gran polémica de este tema, ahora vive dentro de mí. En mis noches, en mis sueños, en mis días... y en mi cuerpo.
Cada día se me hace duro convivir con esta parte, hasta ahora desconocida partes mí. Hay cosas que duelen y seguirán doliendo mucho tiempo en el silencio de mi corazón. Guardadas bajo llave, ya que será pasado y debemos avanzar. Sólo que hay experiencias... qué te hacen avanzar de forma diferente. Cambiándote a ti, cambiando tu vida, dando un giro inesperado y dejándote en shock.
La mujer fría que también vive dentro de mí, tampoco sabe gestionar este tema. Anda perdida entre tanto frente abierto, entre tanta herida abierta y entre tanta lágrima de dolor.
Quizás sea la conciencia... o la lucha entre el deber y el deseo. El desgaste emocional, el estrés de los días o la impotencia que siento ante aquello que no está en mi mano. El no poder elegir porque la vida ya tiene una una elección.
Parece exagerado... pero ojalá os pudiera contar el que se ha convertido en mi gran secreto. Cómo dije ayer, Javi solo me acompaña como mero espectador. Y por mí bien, nadie sabrá nada...
Hay cosas que te cambian. Qué ya, aunque quieras, jamás serás la misma. Este tema... ha acabado con mi poco romanticismo por la vida. Ha matado a la empatía, al positivisimo, a la depresión... ha acabado con las emociones, ha parado al tiempo y me ha parado a mí. Creo que me muevo por inercia, que nadie pilota mi cuerpo y que estoy haciendo algo que juré que nunca haría con mi bebé, y es convertirla en el centro de todo mi mundo y todo mi ser. Me he dejado a un lado... me he paralizado. Y es algo que acarrearé toda mi vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.