A veces necesito respirar. Sentir que ya no estás, me agobia, a veces me asfixia, otras me hace llorar. Cada noche te busco y sólo encuentro un almohada sin más. Tu calor se ha vuelto frío, tu olor se evaporó, ya no queda más de ti, tan sólo día tras día gris.
Creo que estás en cada esquina. Paseo e imagino verte. Intento despejarme en oscuros y lejanos lugares, como descampados, bosques o azoteas. Y vuelvo a imaginarte, vuelvo a reencontrarme contigo. Aunque no estás aquí, aún te siento conmigo.
Los días pasan, los meses también. De pronto dicen que ya es primavera, pero el frío se queda en mi cama y me acompaña cada mañana. No encuentro el final de este sueño, no despierto por más que lo intento. Me falta sentir tu aliento y verte cada semana. Estás lejos, lo sé. Siempre lo estuviste. Puede que fuese el mayor impedimento. Pero lo amores no entienden de edades ni mares, sólo tuvimos que desear querernos.
Parece fácil, pero fue un reto que nos llevó a los dos al sufrimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.