Esa ventana desde la que nos perdíamos en mundos mágicos, esos primeros copos de nieve que caen en la noche madrileña, el sonido del tráfico que envuelve la calle, el color de las luces que alumbran lo que ahora es un recuerdo.
Hace un año, yo estaba allí arriba, yo me sentía la reina de la calle Gran Vía, era yo la que observaba el frío desde el calor de tus abrazos, desde el fuego de tus besos, desde las cálidas sábanas de esa cama que también se convirtió en recuerdo.
Regalos inesperados que confirmaban lo feliz que era a tu lado, nada comparable con esa mirada que remarcaban las palabras "te quiero". Navidades de ensueño que se convierten en un ligero recuerdo. Todo parece un sueño, un largo sueño que acabó un 14 de Febrero..
No hizo falta una chimenea con fuego, no hizo falta una batalla de abrazos y besos, no hizo falta tampoco poesías interminables de amores de cuentos... No hizo falta nada más que tu cuerpo sobre mi cuerpo.
Ahora, como ya os digo, es un sueño acabado, un recuerdo olvidado... Pero la nieve cae, el tráfico suena, la calle luce navideña y el amor sigue sin llamar a mi puerta.
Patricia Izquierdo Díaz
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