¿Qué te puedo escribir o decir que no te haya gritado ya a la cara? ¡Pues seguro que algo queda!
Que muchísimas felicidades otra vez, como te he puesto por escrito. Que sigas cumpliendo muchísimos más porque el mundo necesita más personas como tú, concretamente, más hombres como tú. Que me alegro de seguir cumpliendo años y años a tu lado, no sé ya ni cuántos van... ¿unos ocho? Sabes que no soy de fechas ni números. Solo sé algo, y lo tengo muy claro. Que te quiero mucho más que hace unos años, te admiro, te respeto y eres una de las personas fundamentales de mi día a día. Que sé que contigo el mundo de Nunca Jamás lo tengo más cerca, contigo tengo un hogar y un refugio al que escapar cuando la cosa se pone fea... Y qué fea está la cosa.
Mi valenciano, mi pólvora, mi fallero, mi ex editor, mi todo... mi mundo entero. A día de hoy y en la mejor versión que te puedo tener, como amigo. Tras múltiples oportunidades, aquí estamos, dando lo mejor de cada uno, y habiendo encontrado el punto exacto. Para qué luego digan de las segundas o terceras oportunidades... Esa gente, ¡es una cagada! Pero nosotros no, sobrevivimos a todo, ¡hasta al coronavirus! (no lo tenemos, pero podría ser).
Espero que disfrutes de este día mirando a ese mar que tanto te gusta, viviendo estas fiestas como te dejen. Fuiste valenciano hasta para nacer. Poco más que decir, ¡una sola cosa más! La que nunca me canso de decirte. ¡Que te quiero!
Muchísimas felicidades, bombón.
Patri Izquierdo Díaz
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