Ahora, en estos tiempos que corren, no avergüenza llevar libros de poesía al instituto.
Los jóvenes no se esconden de esos versos con los que se sienten identificados.
No se sienten humillados, si les pillan leyendo un libro sentados en una esquina, ni se avergüenzan cuando recitan en voz baja versos de Carlos
Kaballero a su novia.
Que hoy en día el mundo está en crisis y la poesía en alza.
Que si apostamos todo al rojo, o nos perdemos por Sempiterno, o simplemente les decimos quédate a esa persona amada.
Será una victoria al amor.
Hoy en día los jóvenes van con las hormonas por las nubes y la poesía de su lado.
Y si uno, solo uno de mis versos, ha servido para enamorar, o para hacer sentir, o simplemente recordar, yo ya soy feliz de hacer volar con la poesía.
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