No supe amarte.
Yo le echo la culpa al amor y tú se la echas a la música.
Sabes que si la luna a veces me inspira, la culpa es tuya.
No creas que es fácil ir con la guitarra a cuestas y no expresar los sentimientos con un par de acordes que me recuerden a ti.
Tú lo tuviste claro al marcharte con la maleta a cuestas, en su interior sentimientos rotos y un libro, de uno de esos poetas locos que tanto te gustan.
Pero que sepas que el arte se expresa de mil maneras y que tú, por mucho que te escondas, inspiras a cualquiera.
Sé que no hay segundas partes sin reproches, ni errores que no se solucionen escuchando una canción.
Tu canción que siempre te negaste a escuchar, donde yo invitaba a automedicarte con vitaminas de cariño.
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