Desconocerse es poner frente a frente dos almas sin tener nada que decirse.
Calliverso
Volvemos a ser perfectos desconocidos, ya no somos capaces de quitarle el invierno a la poesía, sin pensar en cicatrices eludiéndonos a cada instante. Cualquier motivo es bueno para no rozarnos ni con las miradas.
Nos desconocimos lentamente, no sé el motivo exacto. Si fue un café de más, o de rutina, o de falta de besos, o de abrazos. Así, hasta el punto de ser extraños perdidos entre nuestro amor. Cada cicatriz es un desencuentro a lo vivido, sabemos que no todo sutura a su debido momento y que es tan lento como el amor que se va sin decir nada, parándose en cada instante de eso que un día fue intenso, como el día en el que nos conocimos. Me siento como esas canciones que se escriben llorando a la luna. Como Las cosas que no pude responder de Marwan, o esa titulada Nos, de Rafa Pons. Cómo es posible que seamos tan jodidamente distantes sabiendo que un día fuimos tan egoístas quedándonos todo el amor. Somos tan desconocidos que ya no te quito la blusa con cada verso que te doy, que nuestras espaldas se dan cada noche una tregua de abrazos, sabiendo que el insomnio es razón ineludible del querer y ya no saber qué hacer.
Pero sé que una vez más seré esa canción de Danieme que se llama Ojalá. Ojalá vuelvas a ser invierno en cada abrazo que te den donde el frío te haga feliz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.