Cuando dos personas se empiezan a distanciar, una de ellas lo sabe y es consciente de ello. Y la otra, simplemente no quiere enterarse.
Poco a poco se deja de hablar y la tele pasa a tomar la voz cantante. Cada uno toma un turno diferente para irse a la cama cuando antes se esperaban o se invitaban con el fin de estar juntos un ratito más en el día. Surgen actividades dispares, ya no te importa si a la otra persona le gusta o no. Ya no sale ayudar, ya no salen palabras bonitas, ni te sale tener momentos íntimos como antes... Las cosas que deberían salir cuando quieres a alguien, ya no salen.
E insisto en lo que siempre he manifestado en mis escritos. Hay cosas que salen con ciertas personas, contadas con los dedos de una mano, que da igual si estás cansado, si tenías otros planes, si estabas a otras cosas... Hay cosas que nacen del corazón.
Pero a veces el corazón se congela, se pierde en el camino de la razón. Y el hielo se extiende más y más como en invierno.
Es difícil recuperar, dar calor a aquello que se perdió en el invierno por muy bonito que fuera... Jamás duró una flor dos primaveras, ¿no?
He vivido una historia, mi primera historia donde te sentabas a ver la tele, mirando a la persona que tenías al lado, sintiéndote sola. Viéndole como a un inquilino con el que compartes un momento que no lleva a ningún lado. Empiezas a ver que es más un amigo que otra cosa porque las cosas que te tendrían que salir... Ya no. Es la sensación más triste que he sentido. No hay una causa objetiva y clara. No existe el clavo al que agarrarte cuando algo se rompe, esa razón por la que nos enfadamos y guardamos rencor. No. Existe esa persona de la que te habías enamorado, pero ya no. Y es una sensación de vacío interior que da vértigo.
Al final, no es como lo cuento si soy sincera. No llegas un día y te das cuenta de esa soledad y ese vacío. Sí reflexionas, llegas a la conclusión de que llevas mucho tiempo anteponiendo otras cosas a esa persona. Anteponiéndote a ti... A esa persona. Y eso no es amor. El amor... Es eso que hace tiempo partió.
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