Día seis. La pesadilla llega a su fin. Tras superar la noche sin oxígeno. Volvemos a casa.
Anoche se corrió el rumor en neonatos de lo bonita que es una niña de quince días con bronquiolitis. Tuvimos la vista de enfermeras y auxiliares para ver a mi bebota. mi hija causa sensación por dónde va. Y ha sido la debilidad de algunos pediatras.
Gracias, gracias y mil gracias por todos los mensajes que hemos recibido estos días. A ti que nos estás leyendo ahora mismo. A todo el personal del Hospital Severo Ochoa, porque a pesar de la cantidad de casos que había y el colapso de pediatría por muchos niños como mi hija, la atención ha sido genial. Gracias por el cuidado también que han tenido conmigo, cuidando de una primeriza con una cesárea de hace dos semanas.
Gracias a Javi por cuidarnos y seguir haciéndolo. Y gracias a Helena, porque he descubierto que sí, tengo a mini WonderWoman en casa, que has sido una campeona, que me has enseñado los significados de las palabras amor y mamá. Y gracias a esto, mi bebé, la vida nos ha puesto en pausa, nos ha robado una semana de tu vida, para pararnos en seco y mirar alrededor. Somos unas afortunadas. Y mirar de vez en cuando al lado, no está de más para valorar lo que tenemos.
Esta vez las lágrimas solo pueden ser de felicidad. Ahora a cuidarse en casa, todos. Los niños son fuertes, más de lo que pensamos pero a la vez, demasiado frágiles. Una vez más, gracias.
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