Y cuando las personas piensan en la reencarnación, siempre se enfrentan con una pregunta muy difícil: Si en el comienzo existían tan pocos seres humanos sobre la faz de la tierra y hoy existen tantos, ¿de dónde vienen esas nuevas almas? La respuesta es simple. En ciertas reencarnaciones, nos dividimos. Así como los cristales y las estrellas, así como las células y las plantas, también nuestras almas se dividen. Nuestra alma se transforma en dos, estas nuevas almas en otras dos, y así en algunas generaciones, estamos esparcidos por buena parte de la tierra. En verdad, si el alma se limitara a dividirse, estaría creciendo pero también quedándose cada vez mas débil. Por eso, así como nos dividimos, también nos reencontramos. y ese reencuentro se llama Amor.
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