No todos podemos celebrarlo en pareja, o sí. Lo que yo quiero que sepan todos los que me leen, es que yo prefiero dedicar esta celebración a todas las personas, sean mi pareja o no, que me dan su amor cada día.
A aquellos amigos que llevan dándome su cariño desde hace años y los que sin ellos, días como hoy pierden totalmente su sentido. Ellos son la verdadera base del amor que después yo le pueda entregar a mi pareja o a los demás.
A las personas que nos aguantan día a día, en clase, en el trabajo, que pasan más horas con nosotros que nuestra propia familia. Ellos son realmente los que nos aguantan los días malos, los buenos, los regulares y los insoportable.
Porque el amor mueve montañas, el amor hace corta las distancias, porque tiene su día internacional y su ángel particular para ir repartiéndolo por el mundo. Por todas estas clases de amor... hoy yo, celebro San Valentín, entre bombones y flores.
Aunque todos seamos consciente que no nos hace falta ningún día especial ni ningún angelito con flechas, ya que somos infinitos, tanto como el amor que reparte nuestro corazón.
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