Otra mañana más me levanté llenita de tus besos. Cientos de besos, miles... millones. De camino al trabajo la gente me mira, pues voy dejando una estela de caricias y ternuras que me sobraron de casa. Se nota que vengo amada, me desayuné mimos y me vestí la piel con el tacto de tus manos. Tengo reservas hasta que llegue de nuevo la noche. Entonces, me sacudiré el residuo de los viejos besos y desnudaré mi cuerpo para que comiences nuevamente.
Merche Sevillano
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