“Quienquiera que seas que frente al temible lago estas mirando, si es que has venido a alcanzar el bien que hundido bajo estas negras aguas se haya, muéstranos sin más tu fuerte pecho y arrójate, en su negro liquido mójate una vez y otra, hasta que tu vida encuentre algo. Si así no lo haces, no serás digno de ver el hermoso signo que llevas dentro de ti”.
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