Nunca dejemos de querer.
Somos lo que fuimos, estamos aquí gracias al camino del que venimos. Aprendemos de los errores que cometimos y pagamos las cuentas de lo que hicimos.
Y, pese a ello, no podemos dejar de amar. A los que nos hicieron felices. A los que nos sacaron una sonrisa alguna vez. Incluso a quienes nos hicieron llorar tanto que nos secaron el alma.
Porque el amor está en todas partes. El amor es el principio y el final de todo. Es el porqué de cada madrugada en vela. La razón de cada cosquilleo en la pupilas y de cada lágrima derramada.
Somos pasión en cada suspiro. Ilusión por cada aliento y por cada instante que nos deja sin él.
Somos amor, desde el primer hasta último parpadeo de cada día.
¿Cómo vamos a dejar de querer?
Alejandro Sotodosos
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