miércoles, 25 de enero de 2017

Puedes con todo

Permíteme que te lo diga, pero puedes con todo.

No me cuentes cuántos exámenes tienes, ni cuántas hojas tiene cada tema. Tampoco me hables del desorden de tu mesa, ni de los fluorescentes que llevas ya gastados. No me importa. ni siquiera me importa el planning que te has hecho para llegar a tiempo.

No me lo cuentes. Que me da igual. No pierdas el tiempo en eso.

Cuéntame mejor que quieres llegar a cumplir ese sueño. Y explícame que no te vas a rendir ni un solo segundo. Porque las batallas más duras están para los valientes. Valientes como tú. De nada sirve rendirse. Así que mira hacia delante, porque lo mejor aún está por venir. ¿Te lo vas a perder?

Dime que te levantas cada mañana con los ojos pegados pero que la fuerza de voluntad siempre le gana a la pereza. Y que lo días se hacen más largos que tus propios apuntes, pero que más larga será la fiesta que te pegarás cuando hayas llegado a la meta. Porque llegarás. Lo sé. Y lo sabes.

No importa el camino, ni los baches. Tampoco las horas sin dormir, ni los cabreos con tantos profesores. No. Todo eso da igual. Lo que vale es seguir adelante a pesar de cada adversidad, de cada caída. Lo importante es ser positivo, incluso cuando nada está a tu favor. Porque, tarde o temprano, lo estará. Así que, anímate y sonríe.

Cuando pienses en rendirte, recuerda por lo que estás luchando. A mi una vez me dijeron que todo esfuerzo tiene su recompensa y que, al final del camino, cuando llegas a la meta, las vistas son maravillosas, a pesar de lo dura que fue la montaña.

Recuerda que los sueños son más sueños cuando vas a por ellos.

No te rindas.


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