Si me quedo en Madrid,
quiero que nuestros besos
cierren los bares,
que tus padres lo sepan,
que llegues tarde a la Facultad
después de haber dormido tres horas
y que haya sido mi culpa.
Si me quedo en Madrid,
quiero verte en mis conciertos,
en el metro
y entre mis piernas.
No voy a pedir permiso.
Si me quedo en Madrid,
tendrás que hablarles de mí
a tus amigas y a tu perro,
a tu barrio, a los cines
y vendrás a buscarme al aeropuerto
como en amor a primera vista.
Me gustan los jueves a tu lado
pero yo te quiero
todos los días de la semana
en el café de media tarde,
en el desayuno,
en mis poemas,
en la cola del súper
y me quiero a mí en tu vida,
con tus intrigas,
tus gripes,
con tus costumbres,
con esa forma tan tuya
que tienes de convencerme.
Si me quedo en Madrid
no quiero citas,
quiero un diario,
contigo.
Diego Ojeda
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