Aquel día me di cuenta de mi gran error: querer hacer verdad algo destinado a ser un espejismo pasajero.
Nos quisimos como nunca, porque nunca supe, ni pude querer dos veces igual.
Arrasamos con las ganas de querer en la ciudad, nos hicimos con todos los sueños por cumplir. Estábamos tan locos que creía que podía ser cierto.
Fue sencillo, bonito, tal vez real... hasta que te diste cuenta de que te quería de verdad.
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