Los monstruos existen y están entre nosotros. Los más temibles ni siquiera lo parecen, pero la mayoría de las veces, nos los inventamos. A veces ves monstruos en todas partes, y sin darte cuenta, te conviertes en el monstruo que vive escondido porque tiene miedo que se rían de él, de que le hagan daño. Estás a gusto en el silencio y en la oscuridad, muchas veces los monstruos lo son porque nadie ha intentado comprenderlos.
Todos llevamos un monstruo dentro, el dolor hace que salga fuera, pero con un poco de comprensión, con un poco de luz, puedes sentarte a cenar con el monstruo y conocerlo un poco mejor, y convencerle de que no está solo, de que ahí fuera hay todo un mundo lleno de vida, y de que puede saltar de un cuento para no dormir, a un cuento para soñar para toda la vida.
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