Césped, ganas de bailar, contigo... sin música, sin acordes, sin ritmo... Sólo tú y yo. Sobran las palabras, no hay palabras que decir ahora, sólo miradas y demasiadas canciones en mi cabeza que podría cantarte mientras agarras cada vez más fuerte mi cintura... y seguimos bailando, agarrados, y más vale que no me sueltes porque caeré a tus pies... "No me sueltes nunca" dijo mi mente, pero no lo bastante fuerte para que llegara a mis labios.
Te pienso y siento miedo de mi. Esto no debería estar ocurriendo, pero aquí me tienes, levitando, en las nubes, simplemente pensando en ti... a cada roce, a cada balanceo, a cada mirada...
Apuesto a que no sabes que aquella tarde me enamoré de ti, apuesto también a que no sabes que volvería allí, contigo.. Apuesto a que no sabes que moriría por tenerte aquí y que te daría un beso que no tuviera fin...
Es posible que ahora te estés enterando... o no. Te pienso y te sigo esperando, porque si lo lees, ya lo sabes, aquella tarde me enamoré de ti.
Patricia Izquierdo Díaz
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