Descendiste del cielo para aterrizar en mis labios,
como un ángel iluminaste mi camino.
Ahora, vamos de la mano por este sendero,
y creo que empiezo a oler la primavera aún estando en pleno invierno.
Que no sé que pasó, pero embrujaste mis sentidos.
Y reconozco que me encanta mirar el mundo con tus ojos,
respirar el aroma de tu cuerpo y bailar la melodía de tu voz.
Tú bajaste del cielo, pero yo ahora vivo en una nube
y siento el sol cerca cada vez que tu sonrisa me ilumina,
y veo las estrellas, cada vez que siento tus caricias.
Laura Cuevas
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