Si yo fuese Dios, si pudiese, si supiese
el secreto primero de la vida, si me dejaran:
te crearía tal cual eres: tu misma risa
que me tiembla aquí adentro, tus tobillos,
tu forma de mirarme, de jugar con el puzzle
de tristezas que forma mi pasado, tu boca
que esparce, Laura, en aire asalvajado
epidemias de besos como pájaros, que desordena
el caos que llevo dentro por no querer
amarte, y sin embargo..., mira, me desarmas.
Si yo fuese Dios... ¡Qué carajo! Prefiero
apenas ser un hombre, saber que existe el fuego,
la hoguera, que por vos debo arder,
que tú a mí
me quemas.
Pedro Andreu
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