Sostienes tu mirada rapaz sobre el césped y al pitido inicial todos te buscan, todos te saben. Necesitan un brújula, alguien que diseñe el camino del gol. Buscan al arquitecto, el plano para saber colocar los pases sobre los cimientos de la belleza. Desde tu pie un impulso nervioso convierte un balón en una paloma, se lanzan cien jaguares hacia la portería contraria si asistes a un compañero. Repartes las cartas las cartas del juego, eres el crupier del mundo, el ideólogo en la sombra, el que nunca dispara, vives cargando el rifle de los otros. Es la gran historia de amor: tus pies, el balón. En tus botas el esférico se sabe cuidado, olvida las coces, suspira a cada rato por tu empeine, por el sentido que les das a las cosas. Se besan en la boca el cuero del balón y el cuero de tu bota, están enamorados, la hierba es el colchón y allí hacen el amor cada domingo.
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