Los amaneceres ya no son lo mismo, como el cielo sin sus nubes o como yo sin ti.
Patri Pulet Andreu
¡Hay amaneceres, qué París no debería recetar! ni París, ni Roma, ni tu mirada, ni tu sonrisa. Hay amaneceres que ni la poesía sería capaz de soportar tal aberración a tu caminar. A tus ganas de comerte el mundo o de quitarle el Invierno a la poesía, ni siendo conscientes de que aquel día no ha salido el sol, ni que en la radio todavía no han puesto tu canción. Es que es eso, que esas ganas de huir al amanecer, matan sentimientos que eluden cada segundo de distancia, que separa un motivo para comerse el mundo, o la boca en forma de versos. Hay amaneceres, que ni las ganas de cortar las venas a la rutina, son suficientes para no quererte, para no repetir una y otra vez. Que sí, que te quiero, aunque la rutina amanezca cada día, con eso, con ganas de joder el amor. Sabes... Que te quiero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.