Ayer, volví a recordar una historia que permanecía cerrada bajo cien candados de silencios y promesas.
Ayer, volví a descubrir que aunque barramos para olvidar, nada permanecerá limpio eternamente.
Ayer, regresé al pasado en una biblioteca que no me recuerda a ti, con una amiga que no sabía de nuestra historia.
Ayer, me aseguré otra vez, que cada vez que vuelva a pensar en ti, tendré diecisiete años.
Ayer, sentí que sigo encerradas entre caricias, sexo y bofetadas.
Patricia Izquierdo Díaz
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