martes, 10 de noviembre de 2015

Un mundo de ¡sálvese quien pueda!

Ha sido un día intenso. No. Han sido unas tres semanas muy intensas.
Exámenes por todas partes, llevar a cabo tres cursos en la universidad, los problemas de la vida cotidiana, familiar, sentimental... Demasiadas cosas para una sola cabeza y un corazón. A los que nunca consigo poner de acuerdo.

En general, mi corazón me guía por el camino del bien, llevando la moralidad como bandera y todas esas cosas que las monjas me enseñaron de pequeña. Pero al salir a la calle, te dan por todos los lados. La gente va sin frenos, no tienen tiempo para pensar, miran para sí mismos. Cada uno es el importante en su vida. Y tienen razón, por lo que mi cabeza toma el mando, se pone una coraza y sale cada día a la calle a luchar grandes batallas.

Pero, en ocasiones, te encuentras con alguien como tú, que tras una increíble coraza, hay un corazón que siempre lucha por salir. Y con esa persona irías al fin del mundo. Al oler a quemado, no saldrías corriendo y ¡sálvese quién pueda! No. Esa persona se queda a ayudarte, y si no puede, se queda contigo, porque te susurra que todo estará bien y todo pasará, porque está a tu lado, y no se va a ninguna parte sin ti. Eso es magia, señores. Eso es uno entre un millón y más en un mundo de locos donde, como ya he dicho, nadie se vuelve a mirarte.

Lo que debo aprender de una vez por todas, e intentaré llevarlo a raja tabla, es que solo y exclusivamente, dar todo por personas como Laura, que es un ejemplo de aquellas que se tumban a tu lado a esperar que te levantes, que no tira de ti, solo espera, sin dejarte sola. Escucha y es paciente, aguanta día tras día. Y esto, a lo largo del tiempo, se crea como una fusión que tiendes a confundir donde terminas tú y donde empieza ella. Porque lo que quieres para ti, es lo que quieres para ella. Casi, por lealtad, serías un escudo, el escudo con el cual nadie le pudiera tocar.

Es posible que suene muy poético y eso que hablamos de amistad. Pero la amistad es tan o más bonita que el amor. El amor dura lo que dura, y cuando este se va... La amistad de los de siempre quedan, la de verdad.

Patricia Izquierdo Díaz


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