Y fueron capaces de volar juntos cuando ella se metió en su piel y decidió comprender sus sentimientos. Antes él era reacio por miedo a fallarle algún día. Pero hay momentos en la vida que uno debe dejar comerse sus sentimientos para digerir mejor la vida. No fue tarea fácil devorar cada uno de esos miedos, ni de esas inseguridades, ni de esos quizás sí, pero no. Pero fue capaz yendo pasito a pasito, a conseguir ese objetivo, fue capaz de entender lo que un día fue un corazón con cicatrices, entendió que hablar del pasado era curar el futuro, aprendió que si uno llora, el otro puede secar las lágrimas. Y así, entendieron que la empatía es capaz de fortalecer el amor.
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