Fuiste lucha hasta el final. Y el final, el final es morir como lo hiciste tú. Con dos cojones. Que le plantaste cara a la muerte con la mejor sonrisa. Que vivir para ti era ver a tus seres queridos estar bien. Que mientras a ti te comía el cáncer por dentro, tú no dejabas de comerte el mundo por fuera. Tú, ten claro, que fuiste lucha, fuiste ejemplo, fuiste la batalla, fuiste lucha hasta el final. Que si ese día llovió, fue porque te acababas de marchar a dejarle claro al cielo que un ángel tenía que llegar para enseñar a luchar a los ángeles que un día estuvieron tristes y tuvieron miedo de perder la batalla.
Poema dedicado a la mejor suegra del mundo. Paquita, tú me enseñaste que debemos luchar hasta el último aliento de vida.
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