Lunes.
En el salón, poniendo la música mucho más alta de los problemas y pensando en cuánto echo de menos a Javi. El vacío que deja cada vez que se va.
Ayer ocurrieron muchas cosas, como cada fin de semana, ya sabéis. Pero es que el roce hace el cariño, el roce borra todo y pone el cuentakilómetros a cero, llena la pizarra de la nevera de corazones, y te hace ver la vida de otra manera.
Ayer, como digo, ocurrieron muchas cosas. Llevamos varios días en una cuerda tensa, donde a él se le queda pequeño el mundo y donde se deja morder por los problemas. Y no importa, todos tenemos días así, donde explotamos, donde no encontramos respuestas a nuestras preguntas y nuestra cabeza se llena de interrogantes. Donde las cosas que creías estables no lo son tanto, y los laberintos no tienen salida. De esos días tenemos muchos...
Pero tenemos suerte de llegar a casa y tener un refugio donde las opiniones y los demás quedan fuera. Donde los únicos que hablamos, nos expresamos y decidimos somos nosotros. Hablamos de un hogar, y es más bonito si el hogar es una persona. Donde te das cuenta del equipo que has hecho, de la vida que estás escribiendo, donde te sientas un momento al mirar al pasado y te ríes, te ríes hasta de ti mismo pensando en lo gilipollas que has sido, en los errores que ahí estaban, a la vista de todos y que no supiste ver a tiempo. Te ríes porque sabes que no hay otra manera de llevarlo. Porque sabes... que si te recreas más de un minuto en tu pasado, te atrapará, te devorará llevándote a lugares sin retorno de los que un día lograste salir. De los que te miras las manos y ves las heridas ya curadas de ese pasado. Y cierras esa ventana, ahora un poco más feliz al mirarte en ese espejo que solo te muestra el presente, y te enseña en quién te has convertido, en quién eres. ¡Y qué bonito! Ese espejo que te permite seguir soñando con el futuro, que te dice... "¡Oye, no estás tan perdido como creías! Venga, aún tienes una larga lista de sueños por cumplir... Y una compañera de vida que está loca por compartirlos contigo".
Y aunque suene cursi, el mundo va pareciendo menos marrón, un poquito más rosa. Va recuperando ese color que habías perdido por un momento y todo vuelve a su sitio. Y das con la solución a todo. "Carpe Diem".
Ayer ocurrió de todo. Pero hoy es lunes, como cada lunes, la vida se reinicia. Y solo puedo decirte Javi... "que yo seré el aire que impulsa el vuelo si tu ala está herida, que mientras tenga un corazón por ti andaré y que de la vida, en días así, me ocupo yo".
P.D. No sabéis cómo me gustan los besos de mi marido.
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